Sembré un planeta en tu corazón,
y coseché tus ríos dulces,
caminé por tus jardines de tulipanes,
salté por las ramas de los más gigantes árboles,
volé entre tus cielos rojizos,
y escampé de tus lluvias,
naufragué en tus océanos,
me perdí en tus desiertos,
descansé en cada montaña fresca que me encontré en el camino,
entendí el silencio en tus noches sin luna ni estrellas,
me resbalé muchas veces tratando de escalar las zonas que aún no descubro de ti,
me asusté pensando ¿si algún día las conocería?
y en tus selvas espesas me quedé sin fuerzas para continuar en ellas,
soporté tus sismos, tus diluvios y sequías,
permanecí en reserva, nutriéndome de tu naturaleza,
te observé para aprender a quererte, pacientemente esperando el nacimiento de tus nuevas facetas,
y sin duda sigo cosechando,
porque tú corazón no para de dar el más hermoso fruto.
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Ilustración: Ariel Lee (2021)
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