Una vez recibí una figura de porcelana de regalo.
Es muy bonita, todavía la conservo porque me gusta mucho.
Desde el principio supe que era muy delicada, entonces traté de cuidarla.
Pero un día se partió,
Primero se le cayeron los brazos, y los pegué.
Después se le cayó la cabeza y la arreglé.
Aun así, seguía con grietas.
Cuando la miraba me preguntaba si valía la pena repararla una y otra vez.
Llegué a la conclusión de que sí lo valía, porque aún con todas las grietas, no iba a encontrar otra semejante.
Paralelo a esta historia, también estábamos nosotros.
Nos caímos y nos quebramos,
Y quería que fuésemos como la porcelana,
Para intentar reparar todos los trozos que se habían desprendido.
Pero pasó el tiempo y me di cuenta que no funcionaba así.
Que no había reparación para nosotros.
Nos agrietamos para siempre.
Entonces nos observé y me pregunté si valía la pena tratar de unir todos los pedazos una y otra vez.
Llegué a la conclusión de que no lo valía.
Porque de todas las grietas ya no volvería a ser igual. Y porque a diferencia de la porcelana, reparar el corazón, el alma y el cuerpo heridos, es una misión que requiere muchísimo más que pegamento.
![](https://static.wixstatic.com/media/837bca_24147ebc72834166bc8b7a88e03127ca~mv2.png/v1/fill/w_980,h_436,al_c,q_90,usm_0.66_1.00_0.01,enc_avif,quality_auto/837bca_24147ebc72834166bc8b7a88e03127ca~mv2.png)
Nevertheless Nabi Sculpture. 🦋
コメント